Acuario es un signo de aire, representante del Gran Océano Celeste que se mueve por impulsos magnéticos u ondas. Es el poder del pensamiento, de los deseos que vuelan hacia lo deseado y por ello el signo es representado por un Ángel.
La Luna Nueva de Acuario es siempre el principio de algo, que empieza a gestarse en el pensamiento y que porta la bendición del gran motor que los ciclos renueva. Es la semilla que germina en las entrañas de la tierra y que está destinada a florecer y dar frutos en el futuro.
La Luna Nueva de Acuario es mágica, porque de alguna manera nos permite sembrar nuestros anelos y aquello que ansiamos podemos materializarlo a partir de una idea. Es por ello que en China celebran el año nuevo y este año es el de la Serpiente.
Estamos ahora al final de un gran ciclo, que es la Macroera de Libra y de 26.000 años aproximadamente. La primera de las eras de la macroera fue la de Acuario y Piscis es la última de nuestra macroera que se va agotando. Como todos los finales son consecuencia de un principio, es el resultado de la Creación y hay que saber valorarlo.
Un proceso de 26.000 años de maduración no es cualquier cosa, aunque evidentemente exista corrupción y tengamos que limpiarlo, darle el toque maestro que convierte una obra en algo genial. Son muchísimos años de durísimo trabajo, de esfuerzos y luchas y ya sólo nos queda enmarcarlo, encapsularlo en la semilla y dejar que nos lleve el viento y nos acune en el Gran Océano del Universo. Ya vamos a entrar a un nuevo ciclo, una nueva Macroera y la más esperada de todos los tiempos. Atrás fueron quedando las macroeras más inferiores y oscuras y entramos en la primera de las macroeras superiores y luminosas, que es la octava y cuya primera era será la de Acuario.
Nuestra dolorosísima, Gloriosísima y mutante era de Piscis llega a su final; con ella termina la Macroera de Libra, de comprensión del bien y del mal y se da paso a la nueva macroera triunfal de Escorpio y era de Acuario, en que lo invisible se vuelve visible y lo irreal real!!!