libro-gallinero-mundial3Es en el libro de Cosmografía de Tolomeo y en la descripción de las tribus íberas de la Tarraconense, que podemos leer lo siguiente:
Al lado de los Corretanos (Ceretanos) están los Ausetanos, cuyas ciudades son: Aque Calide (Caldes de Montbuy), Ausa (Vic), Becula y Gerunda (Girona). A continuación de ellos están los Castellanos, cuyas ciudades son:
Sebellunum 16º 20´ 42º 10´
Bassi 17º 55´ 42º 05´
Egosa 17º 10´ 41º 45
Beseda 17º 30´ 41º 50

No está muy bien hecho el mapa de Tolomeo, pues confunde el río Ter con el Muga y falta casualmente el río Ter (antiguo Tigris, Tichis Ticis) que desemboca cerca de Torroella de Montgrí (Montigris), aunque dicen que las casualidades no existen. Tampoco las coordenadas que nos da coinciden con las actuales. Vemos a los Castellanos junto a la parte alta y media del río Llobregat y que no tienen costa, aunque podemos entrever que pudiera ser Castellana la desembocadura del Ter y cierta intencionalidad en que no aparezca en los mapas.
La ciudad de Sebellunum (que alude al famoso vellón de oro) es la que hay más al norte, cerca de la costa y la relacionamos con Bell-Lloc (Belloc), que es un municipio de la provincia de Girona que está cerca de Castell d´Aro (Playa de Aro).
Bassi debe de ser el antiguo Castellón de Bas y en donde está la ermita de San Miguel de Castellón, en la zona de Falgars y en el Valle de Bas (Vall d´en Bas), provincia de Girona.
Egosa se ha relacionado con Tarrasa (Terrassa en catalán), que era la Égara romana y que es un municipio de la provincia de Barcelona. Sin embargo no está tan clara la cosa, ya que podría tratarse de Ogassa (antigua Aguasa) que es un pueblo cercano a Ripoll (provincia de Girona). Actualmente vemos que cerca de Tarrasa se encuentran las poblaciones Castellanas como: Castellar del Vallés, Castellar, Castellterçol, Castellcir y que las laderas del Llobregat están llenas de lugares Castellanos y nunca mejor dicho, inclusive la mismísima Montserrat podría ser Castellana.
Beseda se relaciona con Besalú y con los Berguistanos del Castrum Bergium (Berga) y con una revuelta de los íberos contra Roma, que fue reprimida por el cónsul Catón en el año 195 (a.C.). Tito Livio menciona siete castillos que se sublevaron contra Roma dos veces y que finalmente fueron sometidos a la esclavitud.

Es Don Narciso Feliu, que en sus Anales de Cataluña de 1709 nos dice lo siguiente:
Elegido Marco Catón cónsul, vino a Cataluña con armada numerosa de bajeles, galeras y diecisiete mil quinientos soldados. Desembarcó en Portvendres, o en Rosas y hay quien diga en Ampurias. Se dirigió al asedio y aún se hallan señas de edificios derruidos en el lugar, que se llama Roma o Puig de Roma, que de allí debían de tener bloqueada la plaza. Dio sus avances el Romano y pasados varios lances salieron de la plaza los catalanes y entraron a ocupar-la los romanos.
De Rosas pasó a Ampurias Catón y los griegos y marselleses que ocupaban la parte marítima de la ciudad le recibieron con demostración cariñosa, oponiéndose a los catalanes o naturales que vivían en la parte de Alba. Llegó Catón a la Romana y Española metrópoli, Padre de los pueblos que con cariñoso afecto les atrajo a la amistad Romana, y en prenda de su aprecio le entregaron los prisioneros y le dieron resguardo para la certeza de su atento proceder en lo venidero.
Pasó Catón a los Bergusios, o Berguitanos Pueblos, y con sólo su presencia les volvió a la obediencia de su República, de que se apartaron en muy breve tiempo, entendido esto por Catón, volvió allí con su ejército, y después de reñido, y belicoso conflicto, quedó vencedor; y abusando de la victoria con los vencidos, no contento de admitirlos prisioneros, les vendió esclavos, y a los pueblos les mandó quitar las armas. Ofendidos de esto, unos se apartaron, y otros se defendieron y otros se mataron queriendo antes perder la vida, que las armas para defenderla, ejemplo de constancia invencible. (Libro V de los Anales de Cataluña, de Don Narciso Feliu de la Peña 1709, caballero del Orden de Santiago)

Vemos pues como los griegos recibieron a Catón con aplauso, como era aclamado Padre de aquella incipiente república o colonia de Catón que sería llamada Catalonia, pues hasta entonces se llamaba Hispania Citerior y lo que sucedió a los Castellanos que terminaron vendidos como esclavos y los que pudieron escaparon. Así fue como los Castellanos del Castrum Bergium o Berguitanos pasaron a ser Bagaudas (de Bagà ciudad cercana a Berga) o vagabundos y anduvieron errantes por el mundo. ( Fragmento del primer capítulo del libro: «El gallinero mundial, los Castellanos y la piedra filosofal)

El gallinero mundial, los Castellanos y la piedra filosofal