blancafort 044 Sin duda que hoy es un día mágico, pues es el día de San Grau o del Santo Grial y por lo tanto es el día de los mártires en Cristo como fuera Jaime Niubó, que murío mártir de la corrupción urbanística y que habrá de ser beaticado.
En la foto vemos la roca encima de la cual hay las ruinas del Catillo de Blancafort y los terrenos que se ven al lado eran de Jaime Niubó, en los cuales hay múltiples ruinas, includas las de la famosa Cambra en donde bordaba la Viudeta Igual y un vecindario llamado Palomeres, cuyas casas están en ruinas también.
Es este Castillo de Blancafort el famoso castillo del Grial, que un día perteneció al legendario Conde Arnau y que se relaciona con la Mina o pasadizo que iba a parar a las monjas de San Juan, de un antiguo monasterio que había en Ripoll dedicado a San Juan.
Quiso el destino que Jaimé Niubó, que era un hombre muy Cristiano, más que muchos curas o de los más cristianos de Cataluña, muriera martirizado por negarse a vender sus terrenos. La idea que tenía el Santo era poder reconstruir el pueblo, para albergar a la juventud descarriada o a los pobres que según decía no podían pagarse las casas esas tan caras, que se construían en los pueblos cercanos.
Jaime Niubó fue un albañil de profesión, hijo de Juan Niubó que era un contratista de Gombrén que construyó el puente del Cortal él solo, entre otras cosas y los Niubó eran descendientes de los constructores antiguos y que edificaron iglesias como la de San Pedro de Huire y que enseñaron a los antiguos masones que por ello adoptaron como símbolo el de los Niubó, que es el del Pelícano que se golpea el pecho para alimentar con su sangre a los polluelos, iba a escribir políticos no se porqué …….Bueno si que se que por años los políticos nos chupan la sangre y se aprovechan de los mártires o de los muertos en la batalla del 11 de septiembre como Juan Niubó, que era cabeza de fusileros y que murió en la batalla y no tranquilamente en la cama como el cacareado Rafael Casanovas y que ha sido ninguneado interesadamente, ya sus bienes y tierras se las repartieron y muchos de Ripoll se hicieron ricos, incluida la Banca Sunyer.