Y pasando aquel cetro de una a otra mano,
llegó a las de mi padre con suerte tan fatal,
 que le arrojó la muerte del trono soberano
cuando el sol envidiaba su órbita triunfal.
 
 Y al quedar de su estirpe su única heredera,
 como al árbol caído acude el leñador,
Gerión de las tres testas cruzó la España entera,
 de la candente Libia el monstruo aterrador.
 
 Al verme mujer débil, me roba la corona
y Gades con castillos hace fortificar;
y al dar yo otros más firmes a la inmortal Gerona,
 supo el rincón ignoto donde me fui a ocultar.
 
 Temiendo que mi trono recuperara un día,
 para que pereciera, las selvas incendió
y cuando ya cercada de llamas me tenía,
 con sus pesadas vacas a Gades se volvió.
(Fragmento de la Atlántida de Jacinto Verdaguer)

Así como existe la Trimurti o Santísima Trinidad masculina, existe la femenina que está representada por la Isisbila Eritrea o la Tritona; que es Diosa Abuela, Madre e Hija y es que quedó embarazada de su padre, el gran Saturno-Geb-Cronos- , del que tuvo un hijo llamdao Júpiter-Osiris-Atlas y del que tuvo varios hijos también.

Sin duda  Ceres-Isis o Pirene fue la más famosa reina de la Atlántida y es la protagonista de uno de los momentos más trágicos de la historia, como fue la gran catástrofe de la Atlántida y la pérdida de sus hijos. Al quedar de la Atlántida la única heredera fue cuando Gerión y sus tres hijos aprovecharon para invadir su reino.

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 Mas llena de añoranza siempre a Occidente mira,
como si nueva Eva su Edén tuviera allí,
y triste, sollozando al descolgar la lira,
cual cisne de otras aguas, su canto entona así:
 
«Tierra feliz de Betis, eres bella y ardiente,
 mas, ¡ay!, la de mis padres nunca podré olvidar;
 quiero pedir al aura que llega de occidente
si, oculta entre sus alas, me quiere allí tornar.
 
 ¡Qué bellas sois, mis hijas! Mas las otras añoro;
 Hespérides hermosas de tierno sonreír,
y en esta tierra virgen, mis tristezas devoro
 junto a vacía cuna teniendo que vivir.
 
 Soy hierba de otra tierra de su tiesto arrancada;
 tengo sol, tengo flores y un cielo de zafir;
mas, sin el beso tibio de mi brisa añorada,
 ¿qué podré hacer, decidme, sino sólo morir?»
(Fragmento de la Atlántida de Jacinto Verdaguer)

La Isisbila del Pirineo, también llamada Venus o Hesperia,  fue la «esposa» de Atlas y la madre de las 7 Hespérides. Se la identifica también con Ceres y es la que da nombre a los ceretanos de la Cerdaña o antigua Ceretania.  Su esposo Atlas, más conocido como Osiris, da nombre al Atlandaluz o Alandalus y a los atlantes de luz o andaluces. Como fundadora de Sevilla, se la identifica con la Isisbila Eritrea que fue la inventora de la Copla, que dictó leyes en forma de copla  y también se la identifica con la Tritona o famosísima Medea o Medusina.

Las sibilas o isisbilas eran conocidas por su canto, por sus gorgoritos de gorgonas y eran las portadoras de Luz. Si bien el gran oráculo de fuego estaba en el Pirineo, fueron los Atlantes de Luz o andaluces del Atlandaluz o Alandalus los que exparcieron la «LUZ» por el mundo entero. Atlas-Osiris, que también conocemos como Júpiter-Zeus, seguido de sus corimbantes y artistas galas o gallas se iban de GALAS y así fue como enseñaron a los pueblos de Egipto o de la India o de otras partes  del mundo las artes y ciencias.

La Sibila Eritrea-Pirene, la guardíana del Pórtico de la Gloria de la catedral de Santiago de Compostela, es la que porta la profecía del Final de los Tiempos y  la Sibila del Oráculo de fuego del Pirineo.

 

 

 

 

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